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27 de agosto de 2022

U.E.E. Monseñor Rafael Pérez de León (Reseña Histórica)

      Esta institución comenzó en 1956 con el nombre de Escuela Unitaria del Estado número 59. Nuestra escuela funcionaba en una humilde casita de madera, a la orilla del camino, que la comunidad había cedido para este fin. El plantel estuvo conformado por la coordinadora del núcleo y la maestra de aula Carmen Granados, la escuela atendía una matrícula de 28 alumnos.

     Luego en el curso escolar 1958 - 1959 se convierte en Escuela Concentrada, laborando en esa fecha como maestras, María del Carmen Soto y Ana Teresa de Fernández. En 1969, debido al aumento de la matrícula, el lugar se hizo insuficiente y los maestros antes mencionados, junto con el director del núcleo No. 59, el profesor Mendoza y el padre Rafael Pérez León, iniciaron un plan de lucha por el crecimiento y construcción de un nuevo local. Fruto de estos esfuerzos en equipo se construyó en 1962 la primera estructura de 5 aulas, 2 oficinas, un baño y una sala de vigilancia. A partir de esa fecha, el colegio comenzó a funcionar bajo el nombre de Concentración Candelero No. 23, bajo la coordinación de la educadora María del Carmen Soto y las profesoras: Ana Teresa de Fernández, Yolanda González, Josefina de García, Carmen Luisa García, Zenaida Bandes y Francisca Zamora.

    En 1964, María del Carmen Soto fue trasladada y reemplazada por María Blanco en la coordinación. Para enero de 1967, la escuela ya cuenta con 12 secciones y la Dirección de Educación la cataloga como Escuela de Posgrado del Estado “Monseñor Rafael Pérez León”, gracias al esfuerzo del personal directivo, docentes, representantes y alumnos, este hombre justo, sencillo y preocupado por su pueblo, honraría a la institución con su nombre como homenaje a su bondad y generosidad con su comunidad. En el año 1967, el colegio comienza a llamarse Unidad Escolar Estadal "Monseñor Rafael Pérez León", como se conoce hasta ahora.

     Para 1976, bajo la dirección de María Blanco Bigott, se construyeron dos aulas, anexando también el preescolar. En 1980 se construyen la R-3 y la R-4, incorporando siete aulas más, las cuales comenzaron a funcionar en 1983, donde se incrementó la matrícula debido a la implementación de la Escuela Básica, en el mismo año. En 1983, la directora María Blanco de Bigott fue reemplazada por la maestra Omaira de Mirabal y la subdirectora Olga de Márquez, ambas reemplazadas posteriormente en 1992 por Felipa Zapata de González en la dirección y Consuelo Orta de Duno en la subdirección.

     En 1997 se produjeron movimientos de docentes y ascendieron a cargos directivos las Licenciadas Ligda Gómez de Ibarra, Zahida de Marsella y Carmen Conde de Arguinzones. Ese mismo año se graduaron las maestras Felipa Zapata de González, Consuelo Orta, Ligia Urbina de Marín y Juana Camejo de Padilla. También ese año, por concurso de ascenso, forman parte del plantel la Licenciada Carmen Conde como Directora Encargada y la Profesora María de las Nieves Alvárez como subdirectora.

     En el año escolar 2018 - 2019, por gestiones del Profesor Franklim Orta, su actual Director, nuestro colegio se convierte en liceo, se abre el 7mo grado de educación media y para el periodo escolar 2022 - 2023, ya estaremos, con el favor de Dios, graduando la primera promoción de Bachilleres de la República para el beneficio y alegría de la comunidad ocumareña.

    

19 de agosto de 2022

Reseña Histórica del Liceo Pérez Bonalde

HISTORIA DEL LICEO PEREZ BONALDE Y SU  PRIMERA PROMOCIÓN DE BACHILLERES.  
 (Por Dr. Antonio Trejo Calderón)


Antigua sede del Liceo Pérez Bonalde 
   Aquí nace el primer Liceo de los Valles del Tuy, donde antes funcionaba el Hospital pionero en los cuidados de salud de Ocumare, con el nombre de Hospital “San Simón”, en homenaje al Libertador Simón Bolívar, construido bajo la administración de Juan Crisóstomo Gómez (Juancho Gómez), Presidente constitucional del Estado Miranda, siendo Ocumare del Tuy capital del Estado para ese momento (1904-1927). Años más tarde, en este lugar, funcionaría el “Liceo Pérez Bonalde”, es decir, a partir del 5 de octubre de 1944, bajo el nombre inicial de “Licenciado Agustín Aveledo” que funcionó en esta Casona Colonial Ocumareña hasta el año 1957, cuando fue nacionalizado por el Ministerio de Educación y bautizado con el nombre que ostenta actualmente, "Liceo Juan Antonio Pérez Bonalde". Era la única casa de estudios secundarios de la región de los Valles del Tuy. Los cursos apenas llegaban hasta el 3er año de bachillerato,  al terminar su 3er año de bachillerato, quien quería, y sus recursos se lo permitían, continuar con sus estudios para obtener el Título de Bachiller e ingresar a la Universidad o Pedagógico,  debía trasladarse a la ciudad de Caracas. 

   Con el esfuerzo de la comunidad educativa, los educadores y el comercio, para ese entonces, se logró que esta Institución abriera el 4to año de bachillerato, solo para los estudiantes que habían egresado del 3er año de la institución. Asimismo; se comprometió el Ministerio de Educación, que si la promoción de 4to año en Ciencias y Humanidades era satisfactoria se abriría el 5to año de bachillerato del Liceo, lo cual se logró gracias a todos los esfuerzo y la participación de las fuerzas vivas del Municipio, que era una garantía para todos los estudiantes de los Valles del Tuy, Charallave, Cúa,  Yare, Santa Teresa, Santa Lucia y Ocumare del Tuy, quienes se desplazaban, a través del trasporte escolar del liceo, conducido por el Señor Juancho Barrios. La mayoría de las carreteras eran de tierra y los alumnos llegaban amarillos por el polvo de las mismas. Es así, como empezó a funcionar el 5to año de Bachillerato en Ciencias y Humanidades,  esto originó que se creara y se formara la primera promoción de bachilleres;  que tuvo lugar el día 09 de septiembre de 1962. El liceo se encontraba ubicado en la llamada acera alta, de la entrada de Ocumare del Tuy, frente a la Plaza 17 de diciembre,  hoy en día Plaza del Estudiante (parte este), y lindaba por la parte norte: con la sede del colegio Santo Ángel, donde hoy en día funciona el despacho de la policía de Miranda y por la parte sur: con la bodega y casa de la familia del señor Gaspar y calle Padre Arroyo y por la parte oeste: con terrenos municipales y parte de la quebrada Padre Arroyo.  El liceo estaba constituido por 5 Aulas, un laboratorio de física y química bien dotado con todo el equipo necesario para realizar las prácticas, un salón de biología y puericultura, donde habían maquetas de esqueletos y todas las partes del cuerpo humano, una  Dirección y Subdirección, un salón para los Profesores con sus respectivos baños, un escenario donde se realizaban actos culturales, teatrales, recitales y de representación artística. Además, en la parte final existió un salón amplio y techado donde se realizaban trabajos manuales. Asimismo, se practicaba esgrima con orientación y práctica del Dr. Scaparoni, quien era dueño de la farmacia Bolívar y en la otra ala, encementada, se practicaba educación física. En frente del liceo existían unos ventanales grandes y su entrada era una puerta de madera de aproximadamente de 3.50 metros  con una anchura de 3 mts con un zaguán que terminaba en un patio amplio y abierto.

   De sus aulas egresaron, entre muchos otros, los bachilleres: Saúl Manrique, Luigui Gambara, Alberto Sabino Patiño Pérez, Alberto Portillo, Elizabeth Calzadilla, Antonio Trejo Calderón, Natacha Fombona, Donal Ramírez, Josefina Calzadilla, Ismael Tovar, José Manuel Serrano, Gisela Hernández, Manuel Monasterios, Miguel Otero, Maritza Villegas, José Manuel Rodríguez,  Migdalia Martínez, Hugo Gómez, Gilberto Figuera, Manuel Ferrer Resquiz.  
  Entre los Profesores que humildemente trabajaban en este liceo tenemos a: Mauro José Bolívar, José Aníbal Gutiérrez, Humberto José Fuenmayor, Reinaldo Alfredo León, Raúl Peña Hurtado, Regulo Rodríguez Gimón, Agustina Matinau de Hernández y el Profesor Manríquez López. La promoción tuvo como oradora de orden a la Bachiller Gisela Hernández. 
   
LA SEDE ACTUAL.

   Es una edificación construida en la segunda mitad del siglo XX, en honor al insigne poeta venezolano “Juan Antonio Pérez Bonalde”. Sus líneas arquitectónicas son modernas, utilizando como materia prima para la construcción concreto armado en estructura, cerramientos de bloque frisado, metal, madera y vidrio. Posee dos pisos y sus espacios se organizan en torno a patios sucesivos y pasillos cubiertos que permiten ventilar e iluminar naturalmente. Se implanta en una gran parcela que le permite desarrollar densas áreas verdes e instalaciones deportivas. Está dotado de módulos de aulas, áreas administrativas, y de servicio, entre otras, para ofrecer una adecuada formación a los educandos. Por su antigüedad y loable labor que emprende es de gran importancia para por la comunidad.


MIS RECUERDOS DEL LICEO PÉREZ BONALDE


   
Prof. Manuel Monasterios 

   A propósito del Liceo Pérez Bonalde, el Profesor Manuel Monasterios (†) en su blog: http://escribidor30.blogspot.com/2017/01/mis-recuerdos-del-liceo-perez-bonalde.html, reseñó: "Mi vida estudiantil estuvo ligada a los cambios de residencia que hacía mi familia por motivos de trabajo. Ingreso al Liceo Pérez Bonalde, el único del  Tuy en aquellos años, había un pequeño autobús que recogía a los estudiantes  en cada pueblo, si teníamos que regresar a la casa en las horas diferentes a las del transporte apelábamos a una costumbre que era normal en aquellos años: la "cola", el aventón, nuestros pueblos eran pequeños y todos nos conocíamos, no eran muchos los autos pero todos nos daban la cola y así llegábamos a la casa y nos ahorrábamos el pasaje que era un bolívar. El almuerzo generalmente lo hacíamos en un negocio ocumareño llamado La Entrada, propiedad del señor Ojeda, la dieta era un plato de carne molida, una arepa y un refresco por un bolívar con 25 céntimos, comíamos cuando podíamos en otros restaurantes un espagueti boloñés en un bolívar con 50 céntimos  o bistec con ensalada en dos bolívares con 50 céntimos. El liceo Pérez  Bonalde era además de la primera casa de estudios del Tuy, la gran casa de la cultura, allí tuve el privilegio de oír los versos de Don Pablo Neruda recitados por él, en una visita inolvidable que realizó a comienzos de los años 60 a nuestro liceo, semanalmente nos visitaban intelectuales de la talla de Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, Luís Pastori, José Ramón Medina, intelectual venezolano vinculado a Ocumare del Tuy, por solo mencionar algunos. También era centro, nuestro liceo, de las inquietudes políticas de aquellos años, unos comprometidos con la causa democrática y otros entusiasmados con la revolución cubana, pero hay que destacar el respeto y la camaradería que existía entre todos, jamás el sectarismo político estuvo por encima de nuestra amistad, no habían diferencias a la hora de luchar por nuestra institución".
   
   "Un hito importante en la vida de los perezbonaldistas fue la constitución del orfeón. Fue un honor que el director fuera el laureado Vinicio Adames, quien era a su vez Director del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela. Tuve el privilegio de ser parte del grupo de los tenores. En una oportunidad, el Orfeón actuó en un programa matutino de Reny Otolina denominado Lo de Hoy. Para todos fue una aventura inolvidable. Aparecer en Radio Caracas Televisión, con uno de los mas renombrados presentadores de todas las épocas, fue una experiencia que nos enorgullece por siempre.   Una nota luctuosa unió  a la gente del Perez Bonalde. El avión Hércules, donde volaba el Orfeón universitario de la UCV, se estrelló en una de las islas del archipiélago de las Azores. Vinicio Adames y el resto de los orfeonistas, que viajaban a un encuentro coral en Barcelona España, murieron en el accidente. También el piloto, nuestro querido compañero y amigo, José Antonio López Boyer".

   "La caída de Pérez Jiménez y la llegada de la democracia introdujeron nuevas formas y procedimientos de lucha entre los jóvenes, se organizan los centros de estudiantes y se inicia la primera campaña electoral estudiantil, todavía estaba funcionando el Liceo en la antigua casa del hospital San Simón, ubicada en la llamada acera alta en la entrada de Ocumare, la primera campaña unió a todos los sectores en torno a la idea de la construcción de una nueva sede para el liceo; a comienzos del año 60 visita a los valles del Tuy el presidente Don Rómulo Betancourt y entre las pancartas de bienvenida se destacaban las que solicitaban la nueva sede para el Pérez Bonalde. El Concejo Municipal hace la solicitud formal, el señor Bernardo Echenagucia ofrece el terreno y el presidente se comprometió a realizar las obras. Un año duró la construcción de la nueva sede del liceo Pérez Bonalde. Llegó el año escolar 61-62 y el liceo no tenía mobiliario, los estudiantes manifiestan la necesidad de ocupar la nueva sede, los profesores le dan su apoyo y se realiza una mudanza muy peculiar, hecha por todos los estudiantes del liceo, pupitre a pupitre fue trasladado, hasta que unos meses más adelante el gobierno nacional envió la nueva dotación".

"Los estudiantes siempre están presentes en la lucha por la justicia, en el combate a los atropellos y violaciones a los derechos humanos y en la construcción de un mundo mejor"  (Manuel Monasterios).

8 de julio de 2022

EL DÍA EN QUE DANIEL SANTOS CANTÓ EN OCUMARE DEL TUY.


(Por: Manuel Monasterios)
     
     

Daniel Santos, o Daniel Doroteo de los Santos Betancourt, como le puso el cura que lo bautizó, nació en un barrio humilde de Trastalleres, en Puerto Rico, el 5 de febrero de 1916. Arrastró con esa condición humilde toda su juventud, y ya siendo una fulgurante estrella, tuvo el dinero que quiso, el lujo y los derroches que su condición le permitieron, pero eso mismo lo llevó a la ruina y murió pobre, en Ocala, Florida, el 27 de noviembre de 1992.
     
Había en Ocumare del Tuy, un famoso prostíbulo que todos conocían por el nombre de su dueña: “María”, una mujer que por sus finos modales y manera de hablar parecía más una directora de colegio de monjas que regente del lugar "más selecto" de la región. Allí se daban cita la flor y nata, los hijos de los hacendados, de los comerciantes, los empleados con cierto poder económico, no todos tenían para pagar 3,00 Bs. por un tercio, Polar o Caracas, 4.00 Bs. por una Cuba Libre o 6,00 Bs. por un escocés. Lo más barato era una maraquita, el coctel de moda en aquellos años, de anís con soda y limón. Los precios obligaban a una clientela de gente distinguida y con cierto poder económico.

     Era un sitio apartado del pueblo, una casa dispuesta para esos menesteres, el local era pequeño, con varias mesas, una larga barra, una pista de baile muy intima, había en un rincón, un pequeño estrado, donde de vez en cuando, se presentaba un conjunto musical, y en la esquina, junto a la ventana, estaba la reina del lugar la rockola, donde no faltaban los discos de 45 r.p.m. de la Sonora Matancera, Daniel Santos, Bienvenido Granda, María Luisa Landín o Toña La Negra.

     Los viernes se reunían donde María, los estudiantes. Era el antro de las pasiones juveniles, de las primeras experiencias, la escuela del machismo vernáculo, la cátedra libre de sexología; la novia era sagrada, y tenía que ir al matrimonio virgen, para lo otro, estaban las muchachas de María, algunas conocidas por sus nombres de combate, como La Tongolele, La Perica, La Brasilera, Toña la Colombiana, La Merecumbé, ellas cobraban un porcentaje por trago consumido en la mesa y cuya cuenta se llevaba con fichas que luego de la faena se cambiaban por dinero, su objetivo era motivar el consumo, bailar o complacer a los clientes en las piezas interiores, quienes tenían que cancelar 5.00 Bs. por derecho de pieza y 20,00 Bs. por los “honorarios profesionales” de las chicas. En otros sitios, la tarifa era más barata, pero sin la calidad y la limpieza del bar de María.

     Una noche del año 1962, Daniel Santos, quien estaba de gira por Venezuela, se enteró, gracias a su compadre Julio Jaramillo, quien vivía en esa época en Ocumare del Tuy, que una hermosa muchacha, llamada Esther, que había conocido en Barranquilla estaba en esta población, específicamente, laborando en las noches no tan santas de la casa de María. Fue así como El Jefe, el Inquieto Anacobero, vino a dar a este burdel tuyero. Pasó dos días sin salir de la pieza, encerrado con su hermosa costeña, bebiendo, "culeado" y aspirando polvo blanco. El sábado en la noche, para complacer a Doña María y a Esther, la Barranquillera, Daniel decidió presentarse y cantar para una clientela muy exclusiva, invitados especiales que estuviesen dispuestos a pagar un servicio de ron en 100 Bs. y uno de Whisky en 350 Bs. El local se llenó y las puertas se cerraron para el público, solo un grupo de privilegiados tuvo la suerte de ver, en casi un acto de magia, salir de la rockola al “Duro del canto popular” a Daniel Santos, en persona, para subir a aquel escenario sin fama, ni cartel, rodeado de sus admiradores y "damas" emocionadas, todos asombrados, no podían creer lo que estaba ocurriendo. Tener al frente cantando al gran Daniel Santos y sentado como espectador al Ruiseñor de América, al rey de la rockola Julio Jaramillo.

     De pronto apareció en la pequeña tarima, acompañado de un grupo musical que acompañaba en sus presentaciones a su compadre Julio Jaramillo, envuelto en los vapores del alcohol, "enmarihuanado" hasta los trinquetes, lleno de canas, con grandes patillas y bigotes, vestido con una guayabera blanca, pantalón negro y zapatos de dos tonos, (de aquellos de tacón cubano que habían desaparecido con el mambo y Dámaso Pérez Prado), y se presentó, sin necesidad de micrófono, su potente vozarrón no necesitaba de sonido especial, además el local era pequeño. Dejó oír su voz, con ese estilo único, inconfundible, arrabalero. Arrancó con ese clásico de burdel, “Virgen de Media Noche”, cuya letra movió las fibras más profundas de las “señoras del pecado” que se encontraban en el sencillo escenario pueblerino, quienes lloraban desconsoladas al oír aquel rezo de amor que solo podía pronunciar Daniel, con semejante devoción. Siguió su improvisado concierto con “Dos Gardenias”, “Perdón”, "Esperanza Inútil”... Al rato, se unió Julio Jaramillo, y cantaron a dúo hermosos boleros y pasajes. Pero las muchachas le pedían que repitiera el Himno de las pecadoras “Virgen de Media Noche. “Para adorarte toda. Incienso de besos te doy, escucha mi rezo de amor. Virgen de media noche cubre tu desnudez... Así, sin darse cuenta llegó el día. Todos los presentes disfrutaron del mito de la canción tropical hecho carne y el verbo hecho lujuria, el rey de corazones de la baraja, vestido con una guayabera blanca, el héroe de todas las batallas y reyertas de todos los bares del Caribe, de todos los afanes alcohólicos, del despecho rockolero, de la bohemia, del guayabo y la traición. 

7 de marzo de 2022

El primer intento en fundar un pueblo en los Valles del Tuy

     
El 
primer intento en fundar un pueblo en los Valles del Tuy se hizo en 1573, diez años después de la segunda fundación de Caracas.

El Teniente Gobernador de Caracas, Francisco Calderón, con ochenta soldados somete a mas de 600 indios Quiriquires que poblaban las riveras del río Tuy, pero los soldados, todos establecidos con sus familias en el valle de Caracas, no quisieron quedarse.

     Fue en 1673 cuando el padre Manuel Alesson funda San Diego de Tuy Abaxo que luego sería conocida como San Diego de Alcalá  de la Sabana de Ocumare.

     En el valle se sembró caña de azúcar y cacaotales, había bosques tupidos y sabanas para pastizales, el ganado y los cerdos se convirtieron en el principal producto de la zona.

     La vida transcurría tranquila entre los calorones del verano y las inundaciones del río en época de lluvias, muchas otras poblaciones de la zona prosperaron, como Santa Teresa, Cúa, Santa Lucía, y Charallave. Su cercanía con Caracas y el puerto en el río las hacía ser centro de producción agrícola y pecuario.

     Para 1915, Ocumare del Tuy era la capital del Estado Miranda a la que se llegaba en el ferrocarril inglés desde Caracas. Para quien hacía el camino por tierra, tenían que atravesar el caudaloso río Tuy y podían hacerlo, bien en bote, sobre bestias de carga vadeando los pasos, o cruzarlo "a cabrito" como se le decía, sobre los hombros de esclavos.  

     Con el transcurrir del tiempo, en la casa del mercado, se inauguró un cine y en las noches se proyectaban películas mudas con un proyector de manivela. Se publicaba un periódico El Mirandino, existía el hospital "San Simón", tenían una casa de telégrafos y el hielo todavía no llegaba. El gobernador del Estado se llamaba Presidente y las cocinas de las casas funcionaban con carbón de cují que traían de las minas de Charallave. 

     Para comienzos del siglo XX el hombre más rico del Estado Miranda era el General Juan Crisostomo Gómez (Juancho Gómez), hermano del Benemérito, Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, Juancho era dueño de la mejor hacienda de la región, llamada Mendoza, que era la unión de siete haciendas, y producía café, caña de azúcar, carne, leche y bananos. Los negocios se hacían en monedas de oro llamadas morocotas y onzas españolas. La única industria que existía era la molienda del maíz. 

     La luz eléctrica llegó a Ocumare en 1917 gracias a unos empresarios caraqueños que fundaron la "Compañía Anónima Luz Eléctrica de Ocumare". En esa época, el Jefe Civil, aprovechando que había en el pueblo muchas matas de mamón, soltaba a los presos y los ponía a recoger la rica frutilla para luego repartirla gratis a la gente que salía de la misa los domingos. El Estado tenía una banda de música con la que se hacían retretas y presentaban zarzuelas que montaban algunas familias y aficionados en el local del cine. 

     En Ocumare del Tuy vivieron muchos andinos que visitaban la hacienda Mendoza y en la que se dice, había uno de los parques militares más grandes del país. Fue capital del Estado Miranda de 1904 a 1927. Luego de la caída del General Gómez, los valles del Tuy empezaron de manera acelerada su proceso de industrialización, el estar cerca de la capital (se conectaba por carretera a una distancia de 60 kms), la hacían atractiva para ubicar parques industriales, pero fue tan desordenado su crecimiento y con tan poco respeto por el medio ambiente, que en poco menos de un siglo nos encontramos con un pueblo desorientado y sin aspiraciones de superación. 

Tomado de: http://elhortador.blogspot.com/2016/03/pequena-historia-de-ocumare-del-tuy.html

6 de marzo de 2022

La Peregrinación de la Escolta de los Indios Coromotanos

     En Ocumare del Tuy, un humilde y laborioso pueblo del estado Miranda, se celebra una peregrinación única en Venezuela y el mundo, en honor a la virgen de Coromoto. 
     En 1941, el párroco del pueblo Rafael Pérez León, creó la escolta de los indios Coromoto, con una tropa de "boys scouts".

      Así relató el propio Jesús Tereso Sánchez (†), cacique mayor de los indios coromotanos, ese episodio: “…estaba compuesta por 700 miembros, entonces, monseñor Pérez León, que era nuestro párroco, de los 700 escogió 300 para formar la escolta de los indios coromotanos, o sea que la matriz de la escolta de los indios coromotanos vienen siendo los scouts…” 

     Miles de personas asisten a esta manifestación de fe. Esta fiesta religiosa se lleva a cabo con el permiso del Vaticano. De esta manera lo describe Jesús Tereso: “La única parte donde se celebra, es aquí, por orden del Papa, ¿cómo lo hizo monseñor para conseguir eso?, ¡no se!... 

     Más de seis décadas de tradición. Los promeseros se decoran con distintos accesorios. Desde muy temprano los indios se concentran a las afueras del templo. Miles de personas esperan fuera de la iglesia.

       Al salir la imagen de la virgen, los asistentes la reciben con gran emoción, la virgen es montada en una carroza que se asemeja a una choza y es guiada por el cacique, algunos van a caballo y otros a pie.

       En el recorrido se encuentran altares en honor a la virgen». En las carrozas van niñas vestidas de blanco con gorros rojos, simbolizando los ángeles y representando los estados de Venezuela.

     Al llegar a la plaza de los indios, todos hacen reverencia ante la imagen de monseñor Pérez León y la virgen de Coromoto. La peregrinación llega a su término con la reverencia del cacique. 

     La peregrinación de los Indios Coromotanos es una tradición tan autóctona de los Valles del Tuy que nace de la religiosidad de un pueblo pequeño, arraigado en sus costumbres, y ese venezolanismo de sus habitantes; devotos de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela. De acuerdo al Cacique Mayor Jesús Tereso Sánchez, esta peregrinación se inició cuando Monseñor, siendo parte de los boys scouts, realizó lo que el llamó “una misa especial”, la cual se mantuvo en secreto hasta el último momento, luego de terminar la misa salió la imagen de la Virgen de Coromoto y 300 personas vestidas de indios… El pueblo se asustó un poco pero Monseñor supo arreglar las cosas y se realizó la caminata que ahora se hace, pero de una manera mejor. Esta celebración se realiza en Ocumare del Tuy, Estado Miranda, en honor a la patrona de Venezuela; la Virgen de Coromoto, el domingo después del miércoles de ceniza. Es una tradición que data de 1941 y que inició Monseñor Rafael Pérez León, párroco de la ciudad de Ocumare para aquel entonces. En este día toda la población se viste con trajes indígenas; el más llamativo es el del Cacique, el cual se caracteriza por ser bastante pesado, siendo el único que puede ostentar tal penacho, según lo estipulado en el año 2014 por la Asociación Civil Indios Coromotanos. La peregrinación se hace a caballo para darle colorido a la procesión, ya que, de acuerdo a la tradición, los indígenas verdaderos le temían a estos porque los españoles se los arrojaban encima para dejarlos sin movilidad alguna. 

     En una ocasión Irene Sáenz, Miss Venezuela y Miss Universo, quien para entonces era alcaldesa del Municipio Chacao, visitó Ocumare del Tuy para ver la Procesión de los Indios Coromotanos, y se impresionó tanto que invitó al Cacique Mayor, Jesús Tereso Sánchez a presentarse un 5 de Julio en Chacao, exhibiendo el colorido y la belleza de esta tradición, y así sucedió, ese día; llevaron 7 caballos desde Ocumare del Tuy y unos 15 más fueron prestados en la Capital, también visitaron ese Municipio aproximadamente 60 promeseros quienes realizaron el desfile habitual ante la mirada y el asombro del público capitalino, siendo reconocido su esplendor fuera de los Valles del Tuy.