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13 de agosto de 2025

Al Amigo Alberto



     Las calles polvorientas de Ocumare del Tuy, siempre calientes por el inclemente sol, aún conservan el eco de su nombre: el profesor Alberto Villegas. No es un eco cualquiera; es el murmullo de la gente adulta que lo quiere y el clamor alegre de los muchachos que le corresponden el amable saludo mañanero. Alberto nació en esta tierra, el 7 de agosto de 1957, una tierra donde el tiempo parece estirarse y hacer los días más largos.
     
     Desde muy joven, Alberto sabía que su destino no era otro que el de sembrar amor y conocimiento en el fértil campo de los corazones de niños y jóvenes. Se convirtió en maestro en la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez y a partir de allí desarrolló su vocación de servicio y el placer de enseñar. Alberto es un obrero del saber, un caminante. De escuela en escuela ha marcado un sendero y dejado huella en cada rincón.

     Su andar es pausado pero infatigable, un peregrino de la educación y de la cultura popular. Lo hemos visto en todas partes, en los pasillos de muchos colegios, compartiendo los gritos y las risas de los niños, mezclando la armonía de su cuatro con los cánticos de los pequeños, y sus manos guían el futuro de los proximos músicos y poetas del Tuy. El Complejo Cultural José Félix Rivas fue para él un puerto seguro, la casa que modeló su trabajo.

     Pero fue en la Unidad Educativa Nacional Dr. Luis Razetti donde Alberto, con la paciencia de un artesano y la pasión de un poeta, cinceló sus mayores triunfos. Entró por la puerta de esa casa de estudios un 2 de noviembre de 2002, y desde ese día, su trabajo fue la brújula que guió a la institución hacia nuevos horizontes. La música se hizo presente de su mano, una melodía de esperanza que llevó a la escuela al primer lugar en el programa "El Agua es Vida" con una canción inédita, interpretada junto a Walter Pereira. La poesía también tuvo su espacio, y con Wilfredo Sánchez, el colegio se alzó triunfante en el programa "Alí va a la Escuela".

     Para los ocumareños, Alberto Villegas representa más que un Cultor Popular de calidad y excelencia. Su nombre es sinónimo de compromiso, la nota de un cuatro bien afinado que cada niño, cada joven, cada madre y cada padre de Ocumare del Tuy recordamos con orgullo. Su legado no está escrito en un papel, sino en la mirada curiosa de un estudiante, en la sonrisa de un joven artista, en las manos de un músico que rasga las cuerdas del cuatro. Y así, con cada día que pasa, el profesor Alberto Villegas sigue sembrando, con la certeza de que su cosecha, aunque tardía, dará frutos buenos.

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