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24 de diciembre de 2024

En la cumbre de Ayacucho. (Por el Prof. José Núñez)

       El viento azotaba el rostro del futuro Mariscal, llevándose consigo el aliento de las alturas andinas. Desde la cima de Ayacucho, observaba el inmenso y accidentado campo de batalla, un tablero de ajedrez donde se jugaba el destino de un continente. La responsabilidad pesaba sobre sus hombros, como una losa de granito. Era el año 1824, y la suerte de América del Sur pendía de un hilo muy delgado.

     Antonio José de Sucre, con la mirada fija en la fría y húmeda serranía, repasaba mentalmente su estrategia. Sabía que la victoria no estaba asegurada, que el ejército realista, curtido en mil batallas, lucharía con ferocidad. Pero también sabía que llevaba consigo la confianza del Libertador, que lo impulsaba en una batalla que se desataba con una furia inusitada. El estruendo de los cañones retumbaba en los Andes, mientras las balas surcaban el aire, segando vidas de bando y bando. Sucre, al frente de sus tropas, inspiraba valor y coraje, bajo los buenos augurios de un majestuoso cóndor que sobrevolaba el campo de batalla, animando a las tropas patriotas con sus roncos aullidos. Sucre, cabalgaba de un lado a otro, animando a sus soldados, asegurándose de que cada movimiento fuera preciso y letal.

     La lucha fue encarnizada, los realistas resistieron con bravura, pero la disciplina y determinación de los patriotas prevalecieron.

     Sucre, victorioso pero con el rostro marcado por la fatiga y la emoción, contempló el campo de batalla. La libertad había triunfado. En ese instante, comprendió que había cumplido con su misión, la tarea encomendada por el Libertador. La batalla de Ayacucho, no solo había sellado la independencia del Perú, sino que había abierto las puertas a un nuevo amanecer para toda América. Desde entonces, el nombre de Antonio José de Sucre quedó grabado en la historia como el Gran Mariscal de Ayacucho, el hombre que, en la cumbre de los Andes, forjó el destino de un continente.

Video presentado por los estudiantes Jonatan Espina y Yarislet Correa de 5to año sección A, del C.E.E . Monseñor Rafael Pérez León, con motivo del Bicentenario de la Batalla de Ayacucho.

Un eco en el corazón de los tuyeros. (Por el Prof. José Núñez)

     En Ocumare, en el corazón del Tuy, donde el tiempo parece transcurrir más despacio que en otros lugares, está ubicado el Liceo Juan Antonio Pérez Bonalde. Sus aulas, testigos mudos de sueños y anhelos adolescentes, vieron pasar generaciones de estudiantes que, con el paso de los años, se convirtieron en los lideres de la comunidad.

     Pero en aquella época, en los años sesenta, el liceo representaba mucho más que un simple centro educativo. Era un faro de cultura, un espacio donde se recibían las mentes más brillantes de Venezuela. Semanalmente, sus pasillos se engalanaban con las ideas de intelectuales como Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, José Ramón Medina y Luis Pastori, quienes compartían sus conocimientos con los jóvenes estudiantes.

     Una tarde, mientras el sol se filtraba por las ventanas, traspasando el follaje de los arboles de la plaza Ribas, un acontecimiento histórico tuvo lugar en el liceo. Don Pablo Neruda, el poeta chileno cuya conexión con la naturaleza y la sociedad conmovía a todo un continente, visitó este rinconcito del Tuy. Sus versos, cargados de pasión y esperanza, resonaron en las paredes de la institución, y su eco creó un momento mágico. Neruda con su mirada penetrante, había encontrado en Venezuela una inspiración profunda, una tierra que luchaba por su identidad y su libertad.

     Los estudiantes, conmovidos por la presencia del gran poeta, se sentían parte de algo más grande que ellos mimos. En aquellos años, el liceo era un hervidero de ideas y debates. Jóvenes comprometidos con la causa democrática y otros entusiasmados con la revolución cubana, convivían en armonía, demostrando que la diversidad de pensamiento podía coexistir con el respeto mutuo.

     Hoy, algunas décadas después, algunos de aquellos estudiantes recuerdan con nostalgia esos años. El liceo había sido su hogar, su refugio, el lugar donde habían forjado amistades que se mantendrían en el tiempo. Y aunque el mundo ha cambiado mucho desde entonces, el espíritu de aquel liceo sigue vivo en el corazón de quienes han tenido la suerte de estudiar allí.

     El liceo Juan Antonio Pérez Bonalde, la primera casa de estudios del Tuy, ha sido mucho más que un simple edificio. Representa un crisol de ideas, un semillero de talentos y un lugar donde la poesía encontró un eco profundo en el alma de los tuyeros. Y así, seguro estoy, su legado perdurará por siempre, como un faro que ilumina el camino de las nuevas generaciones.

En la gráfica: la Profesora Agustina Martineau de Hernández, Subdirectora del Liceo Pérez Bonalde, el Poeta Pablo Neruda, el Profesor Mendoza, Director del Liceo y el Estudiante Ángel Rafael Orihuela (quien en el futuro sería Ministro de Sanidad y Asistencia Social y Profesor de la UCV).

23 de diciembre de 2024

Mis recuerdos de Ocumare (Por el Prof. José Núñez))

     Ocumare era como un museo viviente para mí. Cada rincón, cada sonido, cada aroma, eran pinturas que se grababan en mi memoria. Las tardes, especialmente, eran mágicas. El sol empezaba a despedirse, tiñendo el cielo de colores cálidos,  mientras el olor a cuero curtido y madera recién cortada, se mezclaba con el perfume de las flores silvestres.

     Mi abuela me tomaba de la mano y salíamos a recorrer el pueblo. Los artesanos, con su manos curtidas por el trabajo, creaban verdaderas obras de arte. Veía como las alpargatas cobraban vida bajo las hábiles manos del talabartero, y los sombreros de cogollo se transformaban en elegantes accesorios. El aroma del barro cocido me llevaba hasta los alfareros, donde las tinajas y pimpinas tomaban forma en sus manos.

     Pero lo que más me gustaba era el río Ocumarito. Su aguas cristalinas nos invitaban a bañarnos, mientras las abuelas aprovechaban para lavar la ropa. Mi abuelo, con su paciencia infinita, me enseñaba a lanzar el anzuelo. Y cuando por fin sentíamos el tirón de un pez, la emoción era indescriptible. Después, con leña recolectada en los alrededores, preparábamos un delicioso sancocho de corroncho. El sabor ahumado de la sopa se mezclaba con las hierbas aromáticas, creando un plato que era una verdadera fiesta para el paladar.

     Al caer la noche, nos reuníamos alrededor de una fogata. Mi abuela nos contaba las historias de Mauricio, el encanto y de fantasmas y duendes que habitaban por las montañas de La Guamita. El manto de la noche nos envolvía con una sensación de ternura y bienestar.

     Aquellos días en Ocumare fueron los más felices de mi infancia. Los paseos por el pueblo, el olor a tierra mojada, el sabor del sancocho, pero sobre todo, la calidez de las personas que allí vivían, quedaron grabados en mi corazón. Cada vez que cierro los ojos, puedo volver a sentir la emoción de aquellos años.

     

21 de octubre de 2024

La Sabana de Ocumare durante la época colonial según el Obispo Mariano Martí y otros historiadores


   
Obispo Mariano Martí 
(1720 - 1792)
     Día 7 de junio de 1783, salimos desde Caracas hacia el pueblo de la Sabana de Ocumare. El camino generalmente no es malo, pero hoy si lo es, debido a las lluvias. Cerca del camino hay muchas haciendas de cacao. El terreno tiene algunos cerros pequeños. Antes de llegar a este pueblo de la Sabana de Ocumare, a distancia de casi un cuarto de legua, pasamos el río del Tuy, y antes y después de pasar el río, pasamos algunas acequias para el riego de las haciendas. La hierba que producen estas tierras es de muy buena calidad, que llaman gamelote.

    La iglesia de la Sabana de Ocumare está bajo la invocación de San Diego de Alcalá. Es de una sola nave, cubierta toda de obra limpia, sus paredes son de tapias y rafas. Tiene Baptisterio bien decente al entrar a la Iglesia, a la banda de la Epístola, Coro alto y cementerio a la misma banda de la Epístola, a distancia de pocas varas de la pared de la misma Iglesia.

    La gente de aquí es de un genio tal que si los convidan para un baile, todos acuden a él, y si los convidan para un ejercicio piadoso en la Iglesia, acuden todos igualmente; no hay vicio particular o predominante en esta región, hay frecuencia de Sacramentos y devoción, pero también uno que otro domingo se forman grandes bailes en las localidades cercanas, pero, sin embargo su gente es de buena índole, y no de genio caviloso y malicioso.

    Existen 53 hacendados, todos de cacao, menos uno que tiene un trapiche. Estas haciendas se han regulado poco, sin poderse dar razón precisa, porque en unos años de una hacienda se hacen dos, y en otros años de dos haciendas se hace una. Estos hacendados, a proporción del número de los esclavos, pagan a prorrateo o por repartimiento 200 pesos al cura y 50 pesos a la Iglesia para la oblata de pan, vino y cera anualmente, y dichos hacendados amos de esclavos nada pagan a la Iglesia ni al Cura de derechos parroquiales, pero si pagan para sí mismos, para sus hijos y demás de su familia, por sus derechos parroquiales, y también pagan las primicias. Los demás vecinos libres y que no son esclavos no pagan estipendio ni oblata, pero pagan primicias y obvenciones y los vecinos, aunque tengan esclavos, si no tienen hacienda, no pagan estipendio ni oblata y solo pagan primicias y obvenciones. Es de advertir que los que tienen esclavos y no tienen hacienda pagan las obvenciones o derechos parroquiales no sólo para sí, sino también para sus esclavos. Los que pagan obvenciones se entiende que pagan también los rasgos de sepulturas según el tramo en que se entierren.

    No hay pulpería ni guarapería por arrendamiento, solamente don Esteban León tiene aquí y en toda la provincia el privilegio de vender aguardiente de caña, que lo hace en su propia hacienda, y es el único hacendado de caña dulce o trapiche en esta provincia, y esto se lo permite el Intendente sin reparar en el perjuicio que causa a la Real Hacienda en la venta de los aguardientes que se traen de España y de las Islas, que pagan sus derechos al Rey.

    Las tierras de esta provincia son muy fructíferas, tanto por su calidad como por las muchas lluvias, y riego de las acequias, que salen del río Tuy. Se producen cacao, caña dulce, fríjoles y algunas otras legumbres, maíz, arroz, plátanos… aquí prospera cuanto se siembra o planta. Ahora empiezan a trabajarse algunas haciendas de añil, que se da de una calidad superior. El sitio donde se encuentra este pueblo no es muy llano, pues no deja de haber algunas hoyadas pequeñas y algunos cerros de poca altura. Por la banda del Sur, a distancia de media cuadra de las casas, corre una quebrada de agua de buena calidad regularmente todo el año, al menos que agarren el agua para regar la hacienda de trapiche de don Esteban de León, si es así los vecinos tienen que ir a buscar el agua a una acequia del río, la cual corre a mayor distancia del pueblo que la referida quebrada. La plaza de este pueblo está bien formada y la Iglesia le viene atravesada y hace frente a la plaza el costado o banda del Evangelio, y delante de la puerta mayor hay bastante espacio. Las calles están mal formadas por lo desarreglado de las casas, que no están puestas en líneas, muchas de ellas por el poco cuidado que se ha tenido al empezarlas a edificar. Si dichas calles y casas estuvieran bien arregladas, formarían un buen pueblo, pues acá hay 156 casas. El clima es cálido y sano, a pesar de ser húmedo.

    El pueblo de la Sabana de Ocumare cuenta con 2141 moradores. De estos hay de esclavos 1059, y los restantes son libres, blancos, negros, mulatos y zambos. El Teniente de Justicia mayor es don Juan Joseph Marcano, casado en Canarias con doña Margarita Sucre, hija del capitán don Antonio Sucre, y hermana de doña Teresa Sucre, viuda de don Matheo Gual.


La Sabana de Ocumare desde el punto de vista de otros historiadores


José de Oviedo y Baños (1671 - 1738)







    José de Oviedo y Baños en "Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela" nos describe que los aires de la Sabana de Ocumare son muy frescos y saludables, el terreno  despejado y el cielo muy alegre con una bella cordillera que es atravesada por el río Tuy (el río más rico que tiene esta provincia), que con la abundancia de sus aguas va fecundando las grandes vegas que tiene este territorio de uno y otro lado y regando también el gran número de arboles de cacao de su fértil terreno. Además Oviedo y Baños nos relata que el cacao que se produce y consume en esta región es tanto y tan bueno que sus pobladores lo preparan de variadas maneras.













    Joseph Luis Cisneros en "Descripción exacta de la provincia de Benezuela" refiere que en la Sabana de Ocumare, durante todo el año, se producen infinitas raíces como: ñame, mapuey, ocumo, batata, patata, apio, además gran variedad de frutas como: plátanos, dominicos, cambures, aguacates, piñas, chirimoyas, guayabas, papayas, mamey, nísperos, membrillos, higos, coco, hicacos, sapote, anón y otras muchas; que aunque son cultivos agrestes los mismos son de gran utilidad para las familias que los cultivan. Se da el café de excelente calidad y también hay en este valle grandes haciendas de cacao en cuyo ámbito no se encuentra otra planta sino vastas plantaciones de este árbol.







Joseph Solano y Bote (1726 -1806)
    El 8 de octubre del año 1768, el investigador e historiador Gonzalo Bello, siguiendo lineamientos de Don Joseph Solano y Bote, Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela, en sus trabajos de investigación, describe que el  valle de la sabana de Ocumare estaba todo dedicado a la agricultura del cacao, era tan abundante y de buena calidad el cacao de esta zona, que no se producía nada más, ni ganado mayor ni menor, ni bestias mulares, ni se había procurado descubrir otros minerales, ni vegetales, mas que dicho fruto,  que en la región se dedicaban solamente sus habitantes al cuidado y comercio del mismo. El comercio principal de todo el Valle residía en Ocumare, el cual se reducía a la compra y venta de cacao. 

30 de noviembre de 2023

Dionisio Cisneros – El Último Realista

      

     De los facciosos y sus acciones en el Tuy, resaltan entre todos ellos, el nombre de Dionisio Cisneros, personaje que destacó por ser extremadamente fiel al Rey de España y al sistema monárquico, que se mantuvo durante una década en una guerra total en contra de la naciente República en la Provincia de Venezuela, en procura y defensa de los derechos de la Corona Española y de la religión católica, teniendo como principal teatro de sus operaciones los Valles del Tuy. 

     Dionisio Ramón del Carmen Cisneros Guevara, nació en la población de Baruta el 8 de abril de 1793, fue hijo del mestizo Juan Antonio Cisneros y su madre fue una india llamada Paula Antonia Guevara, su fe de bautismo quedó registrada en el libro 6 de Bautizos, folio 244 ubicado en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Baruta (dato tomado de Valderrama y Figuera). Cisneros de niño se crió en la población de Santa Lucía y luego de joven trabajó como arriero de recuas para un hombre llamado José García, en Baruta, llevando mercancías entre Caracas, los Valles del Tuy, los Valles de Aragua y el alto llano, lo cual le permitió adquirir, en ese entonces, un vasto conocimiento de los caminos y parajes de las regiones de los Mariches, la cadena montañosa del centro-norte y de la cordillera del interior del Valle del Tuy. 

     De la procedencia de Cisneros nos dice José Domingo Díaz, en su obra Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, (publicada por primera vez en España en 1829), lo siguiente: Este era un vecino natural del pueblo de Baruta, distante tres leguas de ella, arriero de profesión, de una conducta irreprensible, de una claridad de entendimiento poco común, de un valor sin término, y de una fidelidad heroica, (pág. 316). 

    Existen pocos datos de la actividad y de los cargos que desempeñó Cisneros durante el proceso de la independencia, y todos los registros apuntan a que tomó las armas en favor de la causa realista el año de 1820, en su Autobiografía José Antonio Páez refiere: "...un indio llamado José Dionisio Cisneros, que había sido sargento del ejército español, y servidor en sus filas por mucho tiempo". En su obra, José Domingo Díaz, refiriéndose a este hecho, apunta que: "entró en 1820 a servir voluntariamente de soldado de caballería, en la columna que fue deshecha por Bermúdez en el pueblo de Santa Lucía, agregándose después de aquella derrota a la división del brigadier Pereira" (pág. 316). En este apunte Díaz hace alusión a la Batalla de Santa Lucía del Tuy, librada el 28 de mayo de 1821 en el sitio de Macuto, entre el ejército republicano comandado por José Francisco Bermúdez y el ejército realista comandado por el Coronel José Pereira, luego Cisneros al saber de la noticia de Carabobo, se separa del Batallón a la orden del coronel Pereira y se va a las montañas, acompañado de otros de sus compañeros de armas, inician una resistencia armada que durará por espacio de algo más de una década. A partir de ese momento Cisneros y otros de sus compañeros de armas, entre indios, mulatos, zambos y alguno que otro blanco de orilla, se internan en la espesura de las selvas de la cordillera del interior en los Valles del Tuy, crean una resistencia, que no solo hostigó a las autoridades republicanas, sino que se encargó de atacar sistemáticamente a las principales haciendas y centros de producción agrícolas de los cantones o poblaciones cercanas a Caracas, especialmente a las del Tuy y Barlovento, porque eran su principal fuente de abastecimiento de alimentos y otros rubros como carbón y leña. Páez en su autobiografía expresó: “por espacio de once años estuvo recorriendo los valles del Tuy, hasta las inmediaciones de Caracas, cometiendo impunemente todo género de tropelías; pues atrincherado con los suyos en los montes y vericuetos inaccesibles, se defendía con ventaja de las fuerzas del gobierno”.

5 de noviembre de 2023

Aventura en Los Confines (Un relato costumbrista). Por Adrián Núñez.

                      


A mis amigos de “Monseñor”: 
mis queridos “come mango”. 
En tiempos de pandemia.



Al recordar...
Contemplo simples florecitas y mariposas,
en su danza de polen y colores.
Admiro las piedras del camino,
y atesoro el dulce canto que las aves inquietas,
le brindan al amigo.

Evoco un tenue color, como de niebla limpia,

que rodea el pedazo de universo que es mi reino y

colinas escarpadas emergen al paso de mi mirada...



28 de abril de 2023

Lino Gallardo y el Himno Nacional de Venezuela.

     
    Lino Gallardo, nació en La Sabana de Ocumare, en el año 1773, f
ueron sus padres Rudesindo Gallardo y Bárbara Timotea Aguado, ambos pardos libres. Gallardo quedó huérfano a temprana edad. Fue rescatado por Juan Manuel Olivares, quien era músico, violinista, organista, compositor, y constructor de instrumentos musicales, este lo llevó a su casa y lo alojó hasta 1792; en este hogar recibió sus enseñanzas musicales.

    El 26 de diciembre de 1794 contrajo matrimonio  con María del Carmen Araujo y al enviudar se casó con María Catalina Pereira, el 30 de abril de 1799, con ella, tuvo tres hijas: María Josefa, Eladia de la Merced y Francisca de Paula. Una de ellas, María Josefa, fue profesora de piano.
    Lino Gallardo fue compositor, director, y músico venezolano, conocido por su patriotismo. Muy apreciado en su tiempo y un gran ejecutante del violín, violonchelo y el contrabajo. Fue director de orquesta y estuvo muy ligado a las actividades políticas de la gesta independentista. Su nombre apareció como el autor de la canción “Caraqueños, otra época empieza” cuya letra sería de don Andrés Bello. También es el autor del poema patriótico llamado “Canción Americana”.
   El Libertador Simón Bolívar sentía mucho aprecio y admiración por él y lo trataba como un compadre dado que su hija, María Josefina, era ahijada de don Juan Vicente Bolívar (hermano del Libertador). En 1824, Gallardo fue nombrado maestro mayor de música de Caracas.
   La música acompañó el proceso independentista venezolano. El género más característico de este período fue la llamada Canción Patriótica, cuyo objetivo era exaltar los ánimos revolucionarios y generar conciencia de identidad colectiva. Sirvió a los intereses monárquicos antes del 19 de Abril de 1810, y en franco contrapunteo a los afectos republicanos y realistas después de esa fecha. A Lino Gallardo, se le ha atribuido, si no la música completa, al menos su participación en la composición de la canción patriótica “Gloria al bravo pueblo”, que el 25 de mayo de 1881, Guzmán Blanco declaró como el Himno Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. En el decreto firmado, no son mencionados los autores de la letra ni su compositor, lo que causó opiniones encontradas en torno al tema. Por ello cuando fue publicada la partidura donde se señalaba a Juan José Landaeta como el compositor del Himno, y a Vicente Salias como el autor de la letra, esto causó gran desconcierto y descontento entre muchos de los conocedores de la época.

    El investigador y estudioso de la música, Alberto Calzavara, en su libro “Historia de la música venezolana” (1987, página 137), explica de manera irrefutable, que nuestro Gloria al bravo pueblo, nació como un canto emocional, en un momento de inspiración patriótica, en los mismos albores de la independencia.

    Según las investigaciones de Calzavaras, el compositor de la letra del Himno Nacional fue el maestro Andrés Bello.

    Con respecto al autor de la música de nuestro Himno Patrio, el investigador subraya,que ya para 1840, esta canción se conocía como la “Marsellesa Venezolana”, y reafirma que la misma es obra de nuestro fecundo compositor Lino Gallardo, quien interpretó felizmente en ella el ardor épico de nuestros pueblos en la época gloriosa de la independencia nacional.

     El nombre de Lino Gallardo, según Calzavaras, aparece en partituras antiguas del Himno Nacional, lo que no ocurre con Juan José Landaeta.

    Lino Gallardo, fue uno de los pocos pardos que desde el principio apoyaron el movimiento revolucionario. Luego del 19 de abril, se le veía recorrer las calles de la capital entonando las canciones patrióticas de la época.

     Lino Gallardo es autor de la Canción Americana (1811), de la canción patriótica Tu Nombre, Bolívar, la Fama Eleva (1827) y naturalmente del Gloria al Bravo Pueblo (1810). Fue el Gloria al Bravo Pueblo el canto que tuvo mayor aceptación y más rápidamente se popularizó; tanto llegó al corazón de la gente, que se arrullaba a los pequeños para dormirlos con el "Duermase mi niño..." con la música del Himno Nacional, lo cual también servía como contraseña ante cualquier circunstancia.

     Pese a todos los elementos a favor de Andrés Bello y Lino Gallardo como autores del Himno Nacional, oficialmente se tiene, hasta ahora, a Juan José Landaeta y a Vicente Salias como los autores del mismo. Lino Gallardo murió en Caracas, el 22 de diciembre de 1837. 

   Últimamente han aparecido algunas partituras de puño y letra de Gallardo que, con un mínimo margen de duda, muestran que la primera versión del Himno Nacional de Venezuela fue escrito por él, con letra del padre de la ortografía actual de la lengua hispana Andrés Bello.

Para los que nunca han escuchado el Himno Nacional de Venezuela en su compás y letra original.
Interpretado con instrumentos antiguos, en su ritmo 4/4 y estrofas originales: Bartolomé Díaz, guitarra del siglo  XIX, Ernesto Leston, oboe del Siglo  XVIII y Carlos Godoy tenor.
Música de Lino Gallardo y versos de Andrés Bello. 

Así se cantaba y así lo escuchó Simón Bolívar.

Esta edición es de 1864 y  se encuentra en la Biblioteca Nacional de París.

Tomado de: http://www.efemeridesvenezolanas.com/html/himno.htm

https://www.venezuelatuya.com/biografias/lino_gallardo.htm

http://www.eduparra75.com/2007/01/el-verdadero-himno-nacional-de.html

23 de abril de 2023

Ocumare del Tuy del recuerdo


Recordemos en esta oportunidad un hermoso video y algunos de sus comentarios de "Youtube".

"Precioso el video, incluyendo la música que lo acompaña "Adiós, a Ocumare". También le agregaría la casa de la cultura, ¿recuerdas?, cerca le quedaba el mercado, la plaza José Felix Rivas (hoy plaza del estudiante), la calle Bolívar, la feria agropecuaria que la realizaban en lo que es hoy el terminal de pasajeros, la escuela Miranda, la hacienda Santa Ana, el río Tuy antes de que lo contaminaran ... ¡uuufff, son tantos recuerdos!"

"Querido amigo, gracias por este bello video de mi Ocumare de ayer. Mi papá siempre me contaba que efectivamente Daniel Santos cantó en diferentes tascas de Ocumare del Tuy e inclusive en algunos bares, je, je, je... Julio Jaramillo, vivió un tiempo en este pequeño pueblo, el gran poeta latinoamericano y premio Nobel de literatura Pablo Neruda, nos visitó en una ocasión, Ocumare es la cuna de Luis Sánchez Olivares, nuestro "Diamante Negro", y de Oswaldo "Paío" Guillén (aunque él diga que no)... Recibe un abrazo kilométrico desde la distancia".

"GRACIAS! Espectacular, lindos recuerdos, la casa "Pampero", me gustaría tener una imagen para recordar gratos momentos que viví allí..."

"Gracias José, me trajo muchos recuerdos... el mes pasado hicieron 40 años que salí de Ocumare para Inglaterra toda una vida fuera imagínate lo que sentí al ver este vídeo un fuerte abrazo desde España donde vivo actualmente abrazos".

"Muy bonita reseña no la conocí así pero me gustaría verla como se ve ahí tranquila y llena de mucha humildad".

"Qué belleza de video, Dios lo bendiga, me trae tantos recuerdos. La casa de Monseñor Pérez, y la Sra. Patiño y Eloy Pérez, la iglesia donde me casé hace 39 años, la acera alta, ¡En fin!, todo le quedó espectacular. Ojalá siga dándonos esa alegría, voy a guardar este video para mis nietos...¡qué pasado tan bonito!"

"Vivir es apasionante cuando se sueña el futuro al tiempo que pisamos firme en el pasado, porque el legado de nuestro pasado no solo es valioso, sino esclarecedor".

"Muchas cosas hermosas que producen inmensa nostalgia... Muy bonito recordar lugares de nuestro pueblo ! Agradecimiento al Sr. Núñez por regalarnos tan hermoso trabajo!!!"

OCUMARE: tierra hermosa de la tuyería

     Ocumare quién te viera y por tus calles paseara de noche o de madrugada, bajo la fúlgida luna del mes de mayo, mes de las flores y oír en el barrio El Rodeo, la Salve más bella en honor a la Virgen María, u oír en junio el tan tan de los tambores y el sonoro ritmo del tamboreo redondo en el baile en honor a San Juan Bautista, o contemplar extasiado, el primer domingo, después de carnaval, la bella estampa de la Peregrinación y Escolta de Indios de Nuestra Señora de Coromoto, asistir votivamente a las fiestas en honor a nuestro patrono San Diego de Alcalá, porque en decir del poeta Ladislao Rivas Carujo:

Ocumare es una flor
hecha por un jardinero
que no la marchita el sol
ni la mata el aguacero.

Ocumare tierra hermosa
pueblo de la tuyería
donde abunda la alegría
en su fiesta tan rumbosa
en ese pueblo se goza
con cariño y con amor
es tan grata su primor
que brinda su melodía
sea de noche o sea de día
Ocumare es una flor.

27 de agosto de 2022

U.E.E. Monseñor Rafael Pérez de León (Reseña Histórica)

      Esta institución comenzó en 1956 con el nombre de Escuela Unitaria del Estado número 59. Nuestra escuela funcionaba en una humilde casita de madera, a la orilla del camino, que la comunidad había cedido para este fin. El plantel estuvo conformado por la coordinadora del núcleo y la maestra de aula Carmen Granados, la escuela atendía una matrícula de 28 alumnos.

     Luego en el curso escolar 1958 - 1959 se convierte en Escuela Concentrada, laborando en esa fecha como maestras, María del Carmen Soto y Ana Teresa de Fernández. En 1969, debido al aumento de la matrícula, el lugar se hizo insuficiente y los maestros antes mencionados, junto con el director del núcleo No. 59, el profesor Mendoza y el padre Rafael Pérez León, iniciaron un plan de lucha por el crecimiento y construcción de un nuevo local. Fruto de estos esfuerzos en equipo se construyó en 1962 la primera estructura de 5 aulas, 2 oficinas, un baño y una sala de vigilancia. A partir de esa fecha, el colegio comenzó a funcionar bajo el nombre de Concentración Candelero No. 23, bajo la coordinación de la educadora María del Carmen Soto y las profesoras: Ana Teresa de Fernández, Yolanda González, Josefina de García, Carmen Luisa García, Zenaida Bandes y Francisca Zamora.

    En 1964, María del Carmen Soto fue trasladada y reemplazada por María Blanco en la coordinación. Para enero de 1967, la escuela ya cuenta con 12 secciones y la Dirección de Educación la cataloga como Escuela de Posgrado del Estado “Monseñor Rafael Pérez León”, gracias al esfuerzo del personal directivo, docentes, representantes y alumnos, este hombre justo, sencillo y preocupado por su pueblo, honraría a la institución con su nombre como homenaje a su bondad y generosidad con su comunidad. En el año 1967, el colegio comienza a llamarse Unidad Escolar Estadal "Monseñor Rafael Pérez León", como se conoce hasta ahora.

     Para 1976, bajo la dirección de María Blanco Bigott, se construyeron dos aulas, anexando también el preescolar. En 1980 se construyen la R-3 y la R-4, incorporando siete aulas más, las cuales comenzaron a funcionar en 1983, donde se incrementó la matrícula debido a la implementación de la Escuela Básica, en el mismo año. En 1983, la directora María Blanco de Bigott fue reemplazada por la maestra Omaira de Mirabal y la subdirectora Olga de Márquez, ambas reemplazadas posteriormente en 1992 por Felipa Zapata de González en la dirección y Consuelo Orta de Duno en la subdirección.

     En 1997 se produjeron movimientos de docentes y ascendieron a cargos directivos las Licenciadas Ligda Gómez de Ibarra, Zahida de Marsella y Carmen Conde de Arguinzones. Ese mismo año se graduaron las maestras Felipa Zapata de González, Consuelo Orta, Ligia Urbina de Marín y Juana Camejo de Padilla. También ese año, por concurso de ascenso, forman parte del plantel la Licenciada Carmen Conde como Directora Encargada y la Profesora María de las Nieves Alvárez como subdirectora.

     En el año escolar 2018 - 2019, por gestiones del Profesor Franklim Orta, su actual Director, nuestro colegio se convierte en liceo, se abre el 7mo grado de educación media y para el periodo escolar 2022 - 2023, ya estaremos, con el favor de Dios, graduando la primera promoción de Bachilleres de la República para el beneficio y alegría de la comunidad ocumareña.

    

19 de agosto de 2022

Reseña Histórica del Liceo Pérez Bonalde

HISTORIA DEL LICEO PEREZ BONALDE Y SU  PRIMERA PROMOCIÓN DE BACHILLERES.  
 (Por Dr. Antonio Trejo Calderón)


Antigua sede del Liceo Pérez Bonalde 
   Aquí nace el primer Liceo de los Valles del Tuy, donde antes funcionaba el Hospital pionero en los cuidados de salud de Ocumare, con el nombre de Hospital “San Simón”, en homenaje al Libertador Simón Bolívar, construido bajo la administración de Juan Crisóstomo Gómez (Juancho Gómez), Presidente constitucional del Estado Miranda, siendo Ocumare del Tuy capital del Estado para ese momento (1904-1927). Años más tarde, en este lugar, funcionaría el “Liceo Pérez Bonalde”, es decir, a partir del 5 de octubre de 1944, bajo el nombre inicial de “Licenciado Agustín Aveledo” que funcionó en esta Casona Colonial Ocumareña hasta el año 1957, cuando fue nacionalizado por el Ministerio de Educación y bautizado con el nombre que ostenta actualmente, "Liceo Juan Antonio Pérez Bonalde". Era la única casa de estudios secundarios de la región de los Valles del Tuy. Los cursos apenas llegaban hasta el 3er año de bachillerato,  al terminar su 3er año de bachillerato, quien quería, y sus recursos se lo permitían, continuar con sus estudios para obtener el Título de Bachiller e ingresar a la Universidad o Pedagógico,  debía trasladarse a la ciudad de Caracas. 

   Con el esfuerzo de la comunidad educativa, los educadores y el comercio, para ese entonces, se logró que esta Institución abriera el 4to año de bachillerato, solo para los estudiantes que habían egresado del 3er año de la institución. Asimismo; se comprometió el Ministerio de Educación, que si la promoción de 4to año en Ciencias y Humanidades era satisfactoria se abriría el 5to año de bachillerato del Liceo, lo cual se logró gracias a todos los esfuerzo y la participación de las fuerzas vivas del Municipio, que era una garantía para todos los estudiantes de los Valles del Tuy, Charallave, Cúa,  Yare, Santa Teresa, Santa Lucia y Ocumare del Tuy, quienes se desplazaban, a través del trasporte escolar del liceo, conducido por el Señor Juancho Barrios. La mayoría de las carreteras eran de tierra y los alumnos llegaban amarillos por el polvo de las mismas. Es así, como empezó a funcionar el 5to año de Bachillerato en Ciencias y Humanidades,  esto originó que se creara y se formara la primera promoción de bachilleres;  que tuvo lugar el día 09 de septiembre de 1962. El liceo se encontraba ubicado en la llamada acera alta, de la entrada de Ocumare del Tuy, frente a la Plaza 17 de diciembre,  hoy en día Plaza del Estudiante (parte este), y lindaba por la parte norte: con la sede del colegio Santo Ángel, donde hoy en día funciona el despacho de la policía de Miranda y por la parte sur: con la bodega y casa de la familia del señor Gaspar y calle Padre Arroyo y por la parte oeste: con terrenos municipales y parte de la quebrada Padre Arroyo.  El liceo estaba constituido por 5 Aulas, un laboratorio de física y química bien dotado con todo el equipo necesario para realizar las prácticas, un salón de biología y puericultura, donde habían maquetas de esqueletos y todas las partes del cuerpo humano, una  Dirección y Subdirección, un salón para los Profesores con sus respectivos baños, un escenario donde se realizaban actos culturales, teatrales, recitales y de representación artística. Además, en la parte final existió un salón amplio y techado donde se realizaban trabajos manuales. Asimismo, se practicaba esgrima con orientación y práctica del Dr. Scaparoni, quien era dueño de la farmacia Bolívar y en la otra ala, encementada, se practicaba educación física. En frente del liceo existían unos ventanales grandes y su entrada era una puerta de madera de aproximadamente de 3.50 metros  con una anchura de 3 mts con un zaguán que terminaba en un patio amplio y abierto.

   De sus aulas egresaron, entre muchos otros, los bachilleres: Saúl Manrique, Luigui Gambara, Alberto Sabino Patiño Pérez, Alberto Portillo, Elizabeth Calzadilla, Antonio Trejo Calderón, Natacha Fombona, Donal Ramírez, Josefina Calzadilla, Ismael Tovar, José Manuel Serrano, Gisela Hernández, Manuel Monasterios, Miguel Otero, Maritza Villegas, José Manuel Rodríguez,  Migdalia Martínez, Hugo Gómez, Gilberto Figuera, Manuel Ferrer Resquiz.  
  Entre los Profesores que humildemente trabajaban en este liceo tenemos a: Mauro José Bolívar, José Aníbal Gutiérrez, Humberto José Fuenmayor, Reinaldo Alfredo León, Raúl Peña Hurtado, Regulo Rodríguez Gimón, Agustina Matinau de Hernández y el Profesor Manríquez López. La promoción tuvo como oradora de orden a la Bachiller Gisela Hernández. 
   
LA SEDE ACTUAL.

   Es una edificación construida en la segunda mitad del siglo XX, en honor al insigne poeta venezolano “Juan Antonio Pérez Bonalde”. Sus líneas arquitectónicas son modernas, utilizando como materia prima para la construcción concreto armado en estructura, cerramientos de bloque frisado, metal, madera y vidrio. Posee dos pisos y sus espacios se organizan en torno a patios sucesivos y pasillos cubiertos que permiten ventilar e iluminar naturalmente. Se implanta en una gran parcela que le permite desarrollar densas áreas verdes e instalaciones deportivas. Está dotado de módulos de aulas, áreas administrativas, y de servicio, entre otras, para ofrecer una adecuada formación a los educandos. Por su antigüedad y loable labor que emprende es de gran importancia para por la comunidad.


MIS RECUERDOS DEL LICEO PÉREZ BONALDE


   
Prof. Manuel Monasterios 

   A propósito del Liceo Pérez Bonalde, el Profesor Manuel Monasterios (†) en su blog: http://escribidor30.blogspot.com/2017/01/mis-recuerdos-del-liceo-perez-bonalde.html, reseñó: "Mi vida estudiantil estuvo ligada a los cambios de residencia que hacía mi familia por motivos de trabajo. Ingreso al Liceo Pérez Bonalde, el único del  Tuy en aquellos años, había un pequeño autobús que recogía a los estudiantes  en cada pueblo, si teníamos que regresar a la casa en las horas diferentes a las del transporte apelábamos a una costumbre que era normal en aquellos años: la "cola", el aventón, nuestros pueblos eran pequeños y todos nos conocíamos, no eran muchos los autos pero todos nos daban la cola y así llegábamos a la casa y nos ahorrábamos el pasaje que era un bolívar. El almuerzo generalmente lo hacíamos en un negocio ocumareño llamado La Entrada, propiedad del señor Ojeda, la dieta era un plato de carne molida, una arepa y un refresco por un bolívar con 25 céntimos, comíamos cuando podíamos en otros restaurantes un espagueti boloñés en un bolívar con 50 céntimos  o bistec con ensalada en dos bolívares con 50 céntimos. El liceo Pérez  Bonalde era además de la primera casa de estudios del Tuy, la gran casa de la cultura, allí tuve el privilegio de oír los versos de Don Pablo Neruda recitados por él, en una visita inolvidable que realizó a comienzos de los años 60 a nuestro liceo, semanalmente nos visitaban intelectuales de la talla de Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, Luís Pastori, José Ramón Medina, intelectual venezolano vinculado a Ocumare del Tuy, por solo mencionar algunos. También era centro, nuestro liceo, de las inquietudes políticas de aquellos años, unos comprometidos con la causa democrática y otros entusiasmados con la revolución cubana, pero hay que destacar el respeto y la camaradería que existía entre todos, jamás el sectarismo político estuvo por encima de nuestra amistad, no habían diferencias a la hora de luchar por nuestra institución".
   
   "Un hito importante en la vida de los perezbonaldistas fue la constitución del orfeón. Fue un honor que el director fuera el laureado Vinicio Adames, quien era a su vez Director del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela. Tuve el privilegio de ser parte del grupo de los tenores. En una oportunidad, el Orfeón actuó en un programa matutino de Reny Otolina denominado Lo de Hoy. Para todos fue una aventura inolvidable. Aparecer en Radio Caracas Televisión, con uno de los mas renombrados presentadores de todas las épocas, fue una experiencia que nos enorgullece por siempre.   Una nota luctuosa unió  a la gente del Perez Bonalde. El avión Hércules, donde volaba el Orfeón universitario de la UCV, se estrelló en una de las islas del archipiélago de las Azores. Vinicio Adames y el resto de los orfeonistas, que viajaban a un encuentro coral en Barcelona España, murieron en el accidente. También el piloto, nuestro querido compañero y amigo, José Antonio López Boyer".

   "La caída de Pérez Jiménez y la llegada de la democracia introdujeron nuevas formas y procedimientos de lucha entre los jóvenes, se organizan los centros de estudiantes y se inicia la primera campaña electoral estudiantil, todavía estaba funcionando el Liceo en la antigua casa del hospital San Simón, ubicada en la llamada acera alta en la entrada de Ocumare, la primera campaña unió a todos los sectores en torno a la idea de la construcción de una nueva sede para el liceo; a comienzos del año 60 visita a los valles del Tuy el presidente Don Rómulo Betancourt y entre las pancartas de bienvenida se destacaban las que solicitaban la nueva sede para el Pérez Bonalde. El Concejo Municipal hace la solicitud formal, el señor Bernardo Echenagucia ofrece el terreno y el presidente se comprometió a realizar las obras. Un año duró la construcción de la nueva sede del liceo Pérez Bonalde. Llegó el año escolar 61-62 y el liceo no tenía mobiliario, los estudiantes manifiestan la necesidad de ocupar la nueva sede, los profesores le dan su apoyo y se realiza una mudanza muy peculiar, hecha por todos los estudiantes del liceo, pupitre a pupitre fue trasladado, hasta que unos meses más adelante el gobierno nacional envió la nueva dotación".

"Los estudiantes siempre están presentes en la lucha por la justicia, en el combate a los atropellos y violaciones a los derechos humanos y en la construcción de un mundo mejor"  (Manuel Monasterios).

8 de julio de 2022

EL DÍA EN QUE DANIEL SANTOS CANTÓ EN OCUMARE DEL TUY.


(Por: Manuel Monasterios)
     
     

Daniel Santos, o Daniel Doroteo de los Santos Betancourt, como le puso el cura que lo bautizó, nació en un barrio humilde de Trastalleres, en Puerto Rico, el 5 de febrero de 1916. Arrastró con esa condición humilde toda su juventud, y ya siendo una fulgurante estrella, tuvo el dinero que quiso, el lujo y los derroches que su condición le permitieron, pero eso mismo lo llevó a la ruina y murió pobre, en Ocala, Florida, el 27 de noviembre de 1992.
     
Había en Ocumare del Tuy, un famoso prostíbulo que todos conocían por el nombre de su dueña: “María”, una mujer que por sus finos modales y manera de hablar parecía más una directora de colegio de monjas que regente del lugar "más selecto" de la región. Allí se daban cita la flor y nata, los hijos de los hacendados, de los comerciantes, los empleados con cierto poder económico, no todos tenían para pagar 3,00 Bs. por un tercio, Polar o Caracas, 4.00 Bs. por una Cuba Libre o 6,00 Bs. por un escocés. Lo más barato era una maraquita, el coctel de moda en aquellos años, de anís con soda y limón. Los precios obligaban a una clientela de gente distinguida y con cierto poder económico.

     Era un sitio apartado del pueblo, una casa dispuesta para esos menesteres, el local era pequeño, con varias mesas, una larga barra, una pista de baile muy intima, había en un rincón, un pequeño estrado, donde de vez en cuando, se presentaba un conjunto musical, y en la esquina, junto a la ventana, estaba la reina del lugar la rockola, donde no faltaban los discos de 45 r.p.m. de la Sonora Matancera, Daniel Santos, Bienvenido Granda, María Luisa Landín o Toña La Negra.

     Los viernes se reunían donde María, los estudiantes. Era el antro de las pasiones juveniles, de las primeras experiencias, la escuela del machismo vernáculo, la cátedra libre de sexología; la novia era sagrada, y tenía que ir al matrimonio virgen, para lo otro, estaban las muchachas de María, algunas conocidas por sus nombres de combate, como La Tongolele, La Perica, La Brasilera, Toña la Colombiana, La Merecumbé, ellas cobraban un porcentaje por trago consumido en la mesa y cuya cuenta se llevaba con fichas que luego de la faena se cambiaban por dinero, su objetivo era motivar el consumo, bailar o complacer a los clientes en las piezas interiores, quienes tenían que cancelar 5.00 Bs. por derecho de pieza y 20,00 Bs. por los “honorarios profesionales” de las chicas. En otros sitios, la tarifa era más barata, pero sin la calidad y la limpieza del bar de María.

     Una noche del año 1962, Daniel Santos, quien estaba de gira por Venezuela, se enteró, gracias a su compadre Julio Jaramillo, quien vivía en esa época en Ocumare del Tuy, que una hermosa muchacha, llamada Esther, que había conocido en Barranquilla estaba en esta población, específicamente, laborando en las noches no tan santas de la casa de María. Fue así como El Jefe, el Inquieto Anacobero, vino a dar a este burdel tuyero. Pasó dos días sin salir de la pieza, encerrado con su hermosa costeña, bebiendo, "culeado" y aspirando polvo blanco. El sábado en la noche, para complacer a Doña María y a Esther, la Barranquillera, Daniel decidió presentarse y cantar para una clientela muy exclusiva, invitados especiales que estuviesen dispuestos a pagar un servicio de ron en 100 Bs. y uno de Whisky en 350 Bs. El local se llenó y las puertas se cerraron para el público, solo un grupo de privilegiados tuvo la suerte de ver, en casi un acto de magia, salir de la rockola al “Duro del canto popular” a Daniel Santos, en persona, para subir a aquel escenario sin fama, ni cartel, rodeado de sus admiradores y "damas" emocionadas, todos asombrados, no podían creer lo que estaba ocurriendo. Tener al frente cantando al gran Daniel Santos y sentado como espectador al Ruiseñor de América, al rey de la rockola Julio Jaramillo.

     De pronto apareció en la pequeña tarima, acompañado de un grupo musical que acompañaba en sus presentaciones a su compadre Julio Jaramillo, envuelto en los vapores del alcohol, "enmarihuanado" hasta los trinquetes, lleno de canas, con grandes patillas y bigotes, vestido con una guayabera blanca, pantalón negro y zapatos de dos tonos, (de aquellos de tacón cubano que habían desaparecido con el mambo y Dámaso Pérez Prado), y se presentó, sin necesidad de micrófono, su potente vozarrón no necesitaba de sonido especial, además el local era pequeño. Dejó oír su voz, con ese estilo único, inconfundible, arrabalero. Arrancó con ese clásico de burdel, “Virgen de Media Noche”, cuya letra movió las fibras más profundas de las “señoras del pecado” que se encontraban en el sencillo escenario pueblerino, quienes lloraban desconsoladas al oír aquel rezo de amor que solo podía pronunciar Daniel, con semejante devoción. Siguió su improvisado concierto con “Dos Gardenias”, “Perdón”, "Esperanza Inútil”... Al rato, se unió Julio Jaramillo, y cantaron a dúo hermosos boleros y pasajes. Pero las muchachas le pedían que repitiera el Himno de las pecadoras “Virgen de Media Noche. “Para adorarte toda. Incienso de besos te doy, escucha mi rezo de amor. Virgen de media noche cubre tu desnudez... Así, sin darse cuenta llegó el día. Todos los presentes disfrutaron del mito de la canción tropical hecho carne y el verbo hecho lujuria, el rey de corazones de la baraja, vestido con una guayabera blanca, el héroe de todas las batallas y reyertas de todos los bares del Caribe, de todos los afanes alcohólicos, del despecho rockolero, de la bohemia, del guayabo y la traición. 

7 de marzo de 2022

El primer intento en fundar un pueblo en los Valles del Tuy

     
El 
primer intento en fundar un pueblo en los Valles del Tuy se hizo en 1573, diez años después de la segunda fundación de Caracas.

El Teniente Gobernador de Caracas, Francisco Calderón, con ochenta soldados somete a mas de 600 indios Quiriquires que poblaban las riveras del río Tuy, pero los soldados, todos establecidos con sus familias en el valle de Caracas, no quisieron quedarse.

     Fue en 1673 cuando el padre Manuel Alesson funda San Diego de Tuy Abaxo que luego sería conocida como San Diego de Alcalá  de la Sabana de Ocumare.

     En el valle se sembró caña de azúcar y cacaotales, había bosques tupidos y sabanas para pastizales, el ganado y los cerdos se convirtieron en el principal producto de la zona.

     La vida transcurría tranquila entre los calorones del verano y las inundaciones del río en época de lluvias, muchas otras poblaciones de la zona prosperaron, como Santa Teresa, Cúa, Santa Lucía, y Charallave. Su cercanía con Caracas y el puerto en el río las hacía ser centro de producción agrícola y pecuario.

     Para 1915, Ocumare del Tuy era la capital del Estado Miranda a la que se llegaba en el ferrocarril inglés desde Caracas. Para quien hacía el camino por tierra, tenían que atravesar el caudaloso río Tuy y podían hacerlo, bien en bote, sobre bestias de carga vadeando los pasos, o cruzarlo "a cabrito" como se le decía, sobre los hombros de esclavos.  

     Con el transcurrir del tiempo, en la casa del mercado, se inauguró un cine y en las noches se proyectaban películas mudas con un proyector de manivela. Se publicaba un periódico El Mirandino, existía el hospital "San Simón", tenían una casa de telégrafos y el hielo todavía no llegaba. El gobernador del Estado se llamaba Presidente y las cocinas de las casas funcionaban con carbón de cují que traían de las minas de Charallave. 

     Para comienzos del siglo XX el hombre más rico del Estado Miranda era el General Juan Crisostomo Gómez (Juancho Gómez), hermano del Benemérito, Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, Juancho era dueño de la mejor hacienda de la región, llamada Mendoza, que era la unión de siete haciendas, y producía café, caña de azúcar, carne, leche y bananos. Los negocios se hacían en monedas de oro llamadas morocotas y onzas españolas. La única industria que existía era la molienda del maíz. 

     La luz eléctrica llegó a Ocumare en 1917 gracias a unos empresarios caraqueños que fundaron la "Compañía Anónima Luz Eléctrica de Ocumare". En esa época, el Jefe Civil, aprovechando que había en el pueblo muchas matas de mamón, soltaba a los presos y los ponía a recoger la rica frutilla para luego repartirla gratis a la gente que salía de la misa los domingos. El Estado tenía una banda de música con la que se hacían retretas y presentaban zarzuelas que montaban algunas familias y aficionados en el local del cine. 

     En Ocumare del Tuy vivieron muchos andinos que visitaban la hacienda Mendoza y en la que se dice, había uno de los parques militares más grandes del país. Fue capital del Estado Miranda de 1904 a 1927. Luego de la caída del General Gómez, los valles del Tuy empezaron de manera acelerada su proceso de industrialización, el estar cerca de la capital (se conectaba por carretera a una distancia de 60 kms), la hacían atractiva para ubicar parques industriales, pero fue tan desordenado su crecimiento y con tan poco respeto por el medio ambiente, que en poco menos de un siglo nos encontramos con un pueblo desorientado y sin aspiraciones de superación. 

Tomado de: http://elhortador.blogspot.com/2016/03/pequena-historia-de-ocumare-del-tuy.html

6 de marzo de 2022

La Peregrinación de la Escolta de los Indios Coromotanos

     En Ocumare del Tuy, un humilde y laborioso pueblo del estado Miranda, se celebra una peregrinación única en Venezuela y el mundo, en honor a la virgen de Coromoto. 
     En 1941, el párroco del pueblo Rafael Pérez León, creó la escolta de los indios Coromoto, con una tropa de "boys scouts".

      Así relató el propio Jesús Tereso Sánchez (†), cacique mayor de los indios coromotanos, ese episodio: “…estaba compuesta por 700 miembros, entonces, monseñor Pérez León, que era nuestro párroco, de los 700 escogió 300 para formar la escolta de los indios coromotanos, o sea que la matriz de la escolta de los indios coromotanos vienen siendo los scouts…” 

     Miles de personas asisten a esta manifestación de fe. Esta fiesta religiosa se lleva a cabo con el permiso del Vaticano. De esta manera lo describe Jesús Tereso: “La única parte donde se celebra, es aquí, por orden del Papa, ¿cómo lo hizo monseñor para conseguir eso?, ¡no se!... 

     Más de seis décadas de tradición. Los promeseros se decoran con distintos accesorios. Desde muy temprano los indios se concentran a las afueras del templo. Miles de personas esperan fuera de la iglesia.

       Al salir la imagen de la virgen, los asistentes la reciben con gran emoción, la virgen es montada en una carroza que se asemeja a una choza y es guiada por el cacique, algunos van a caballo y otros a pie.

       En el recorrido se encuentran altares en honor a la virgen». En las carrozas van niñas vestidas de blanco con gorros rojos, simbolizando los ángeles y representando los estados de Venezuela.

     Al llegar a la plaza de los indios, todos hacen reverencia ante la imagen de monseñor Pérez León y la virgen de Coromoto. La peregrinación llega a su término con la reverencia del cacique. 

     La peregrinación de los Indios Coromotanos es una tradición tan autóctona de los Valles del Tuy que nace de la religiosidad de un pueblo pequeño, arraigado en sus costumbres, y ese venezolanismo de sus habitantes; devotos de la Virgen de Coromoto, patrona de Venezuela. De acuerdo al Cacique Mayor Jesús Tereso Sánchez, esta peregrinación se inició cuando Monseñor, siendo parte de los boys scouts, realizó lo que el llamó “una misa especial”, la cual se mantuvo en secreto hasta el último momento, luego de terminar la misa salió la imagen de la Virgen de Coromoto y 300 personas vestidas de indios… El pueblo se asustó un poco pero Monseñor supo arreglar las cosas y se realizó la caminata que ahora se hace, pero de una manera mejor. Esta celebración se realiza en Ocumare del Tuy, Estado Miranda, en honor a la patrona de Venezuela; la Virgen de Coromoto, el domingo después del miércoles de ceniza. Es una tradición que data de 1941 y que inició Monseñor Rafael Pérez León, párroco de la ciudad de Ocumare para aquel entonces. En este día toda la población se viste con trajes indígenas; el más llamativo es el del Cacique, el cual se caracteriza por ser bastante pesado, siendo el único que puede ostentar tal penacho, según lo estipulado en el año 2014 por la Asociación Civil Indios Coromotanos. La peregrinación se hace a caballo para darle colorido a la procesión, ya que, de acuerdo a la tradición, los indígenas verdaderos le temían a estos porque los españoles se los arrojaban encima para dejarlos sin movilidad alguna. 

     En una ocasión Irene Sáenz, Miss Venezuela y Miss Universo, quien para entonces era alcaldesa del Municipio Chacao, visitó Ocumare del Tuy para ver la Procesión de los Indios Coromotanos, y se impresionó tanto que invitó al Cacique Mayor, Jesús Tereso Sánchez a presentarse un 5 de Julio en Chacao, exhibiendo el colorido y la belleza de esta tradición, y así sucedió, ese día; llevaron 7 caballos desde Ocumare del Tuy y unos 15 más fueron prestados en la Capital, también visitaron ese Municipio aproximadamente 60 promeseros quienes realizaron el desfile habitual ante la mirada y el asombro del público capitalino, siendo reconocido su esplendor fuera de los Valles del Tuy.